La primavera está loca.
Lo mismo hace sol, que llueve, que nieva o que hace frío.
Lo más gracioso, cuando se acaban las vacaciones de Semana Santa viene el buen tiempo.
En fin, por lo menos ha llovido a gusto de las olivas, que les hacían mucha falta, pero a costa de alguna que otra procesión a la que no hubo lugar a procrastinación alguna.
De cualquiera de las maneras, siempre es buen momento para escaparse con la bici y disfrutar de todo aquello que la naturaleza nos brinda. Un privilegio que a veces muy pocos sabemos sacarle partido.
