Hola a todos,
Me llamo Antonio García López y tengo 7 años.
Este mes de agosto he estado con mi familia un año más en nuestra casa de Siles y tengo que deciros que cada vez me gusta más este pueblo.
Esta vez he podido disfrutar más con mi bici porque he podido subir cuestas que antes no podía y me tenía que bajar de mi bici.
Os voy a contar un poco de mis rutas en bici a través de las fotos que vienen a continuación.
Esta foto es de mi primera salida desde Siles bajando por San Roque en dirección a la Cañada del Señor y desde allí subimos un poco más para cruzar el riachuelo que véis en la foto. Unos 200 metros más adelante a la derecha cogimos un camino que sale a la derecha, y después de subir unas cuestas bastante empinadas (que tuve que hacerlas a pie) empezamos a bajar y bajar hasta llegar a la Venta del Tabaquero. Finalmente por la carretera volvimos a Siles.
Llegué bastante cansado a casa pero con ganas de pensar en la próxima excursión.
Dos días más tarde me dijo mi padre si me encontraba con fuerzas para ir a Arroyo Frío, y yo le dije que sí. La verdad que no me acordaba exactamente de como era la subida, ya que las veces que he estado hemos ido en coche.
Salimos desde Siles y pasamos por la Vega de Castrobayona, la verdad que todo iba bien, sin cuestas y yo me las prometía muy felices. Pero de repente una cuesta y un cruce que daba a una carretera. Yo le pregunte a mi padre si faltaba mucho y me dijo que faltaba lo más duro. Me quede pensativo pero al ver pasar por nuestro lado a una chica en bici que iba para Arroyo Frío, yo le dije a mi padre que quería subir para ver si la pillabamos y llegábamos antes que ella.
Al principio iba subiendo las primeras rampas, mi padre me iba dando algunos empujones donde yo no podía seguir. Pero al final llegué arriba a la laguna, y por supuesto, logré llegar antes que la chica.
Dos días más tarde estaba eufórico y le dije a mi padre que quería subir al "picacho" que se ve desde nuestra terraza de la casa. Mi padre me dijo que eso era demasiado para un niño tan pequeño y que tenía que esperar unos años más para lograr subir allí en bici.
Yo le dije a mi padre que daba igual y que quería subir. Así que comenzó mi gran proeza: Subir al Puntal.
Las primeras rampas hasta llegar al Portichuelo fueron duras pero no me desanimaron. Hicimos una parada en este mirador y coincidimos con dos de los amigos de mi padre, Miguel Ángel (el pregonero) y Juan que me dió una barrita que debía llevar una energía enorme porque enseguida me dió animos para seguir para arriba.
El ritmo era bueno, algún empujón de mi padre y poco a poco nos encontramos en el mirador siguiente, donde paramos para recuperar fuerzas y hacerme unas fotos, como la que está arriba.
El siguiente tramo se me hizo muy largo. No paraba de preguntar a mi padre si faltaba mucho, y el me decía que poco, que a la siguiente curva llegabamos arriba. Pero yo creo que me iba engañando porque después de cada curva venía otra cuesta y otra curva. Pero al final acertó mi padre y llegamos a un cartel donde decía que por ahí se llegaba al puntal.
Yo me puse muy contento porque ya notaba que mi meta estaba cerca. Así que le dije a mi padre que teníamos que seguir hasta arriba.
Y al final llegué hasta el mismísimo picacho. El forestal que estaba arriba, creo que se llama Julián, no se lo creía y me dijo que nunca un niño tan pequeño había llegado hasta arriba desde Siles en bici. Pero yo lo había logrado.
Mi padre me ha dicho que si crezco un poco más el año que viene me comprara una bici nueva de las buenas, así que mi objetivo para el año que viene será subir al Cambrón.
